Los juicios orales tienen una participación importante en los procesos penales. A lo largo de la historia, esta práctica se ha transformado y cada país desarrolló protocolos distintos para llevarlo a cabo, siguiendo la premisa de brindar un proceso transparente y más “rápido”.
En el ámbito del Derecho Penal, los juicios orales en México han representado un cambio importante en la búsqueda de justicia y transparencia, dejando atrás el sistema tradicional de juicios escritos secretos y “eternos”.
A partir del año 2000 los juicios orales se empezaron a implementar en algunos estados de la república, a manera de “testeo” para medir su eficacia y muy probable transición a la implementación a nivel nacional.
Con la Reforma Constitucional de 2008, la implementación del juicio oral se extendió oficialmente a todos los estados de la nación, teniendo hasta el año 2016 para que quedará implementado en todo el territorio.
Éste y otros cambios que se han realizado en nuestro sistema de justicia y penal, han generado cambios positivos, pero aún existen muchos desafíos y obstáculos que involucran a diferentes actores como jueces, fiscales y abogados, para que la estructura opere eficientemente y conforme a derecho.
Con las reformas en el sistema de justicia penal acusatorio, varios asuntos penales y civiles pueden hacer uso de los juicios orales, como faltas administrativas menores y delitos graves que pueden incluir el robo, secuestro y hasta homicidio.
También los procesos de amparo y casos civiles relacionados con demandas mercantiles y juicios laborales, pueden llegar a juicio oral, sin embargo, hay excepciones, porque en el área civil aún es común la práctica de los juicios escritos.
El sistema de justicia en México es… tardado. Para que un juicio oral llegue a presentarse, debe existir un proceso previo para armar y presentar una demanda ante el Ministerio Público y el proceso inicia en cuanto un agente decida comenzar la investigación del delito.
No existe un periodo de tiempo determinado, para que este proceso de investigación comience, más que el de la prescripción del delito.
Con los cambios que se han introducido en el sistema de justicia, el inicio de proceso de investigación y atención suelen llevar entre los ocho meses y hasta un año, siempre y cuando se tenga el seguimiento con un abogado.
Posterior a esto, comienza un proceso largo de presentaciones de pruebas y audiencias determinadas por el Ministerio Público que, de llevarse en tiempo y forma, pueden terminar en la presentación de un juicio oral que puede durar 1 y hasta 3 meses.
Contar con sólidas bases académicas para desarrollar un juicio oral, es indispensable, pero la práctica también es fundamental y experimentar ambos requisitos al mismo tiempo es un privilegio que no siempre toca a nuestra puerta.
Por ello, si eres un servidor público del poder judicial local y federal, licenciado en derecho, docente o estudiante con formación en derecho interesado en el litigio oral en materia civil y mercantil, el diplomado a distancia de Juicios Orales en Materia Civil y Mercantil, es el programa indicado para ti.
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