La expansión de la inteligencia artificial (IA) en México ha traído avances significativos en múltiples sectores, pero también plantea complejos desafíos legales, especialmente en términos de derechos digitales.
Si establecemos la relación de la IA y derechos digitales, uno de los principales retos a solucionar y proteger se centra en los términos de privacidad, seguridad y autonomía en los entornos digitales.
Estos retos a tratar también se vuelven una carrera contra el tiempo, porque la realidad digital avanza y cambia rápidamente, dejando atrás políticas que pueden aplicarse por periodos de tiempo “cortos”.
En México, los derechos digitales son una extensión de los derechos humanos al entorno digital y se refieren a los derechos y libertades que las personas tienen en el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TICs).
Los principales derechos digitales en México, son:
Con la IA, estos derechos están en constante evolución. Las tecnologías de reconocimiento facial, el análisis de datos personales y los algoritmos predictivos son herramientas que pueden mejorar nuestras vidas, pero también pueden vulnerar nuestros derechos si no se regulan adecuadamente.
La recopilación masiva de datos por parte de empresas y gobiernos sin el consentimiento informado de los usuarios es uno de los principales desafíos para proteger la privacidad en línea.
Uno de los principales retos que enfrentan los abogados en México es la falta de normativas específicas para regular el uso de IA en relación con los derechos digitales. Los abogados se encuentran en la necesidad de interpretar y aplicar leyes existentes, como la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares, a escenarios que no estaban previstos al momento de su creación.
Por otro lado, existen esfuerzos a nivel mundial para regular la IA con miras a salvaguardar los derechos digitales de las personas. La Unión Europea, por ejemplo, ha implementado el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), que obliga a las empresas a informar a los usuarios sobre el uso de sus datos personales y garantiza el derecho al olvido.
Para dejar de estar persiguiendo a la IA y derechos digitales, los abogados actuales y futuros que se encuentran en formación deben desarrollar una especialización en derecho digital y en tecnologías emergentes como la IA.
En México, esta formación aún es limitada en varios programas académicos; la licenciatura a distancia en Derecho de la UIC, es de los pocos programas que integra Derecho Informático como parte de sus materias en el plan de estudios.
Para aquellos abogados ya formados en el campo, pero sin experiencia o conocimiento de los temas digitales, la Educación Continua en diplomados que aborden ciberseguridad y protección de datos son esenciales para familiarizarse con las necesidades y retos de este entorno.