La neuropsicología ha emergido como un pilar fundamental en el ámbito educativo, brindando herramientas que permiten entender cómo funciona el cerebro en procesos de aprendizaje.
Es un campo interdisciplinario que estudia las relaciones entre el cerebro y las funciones cognitivas, emocionales y conductuales. De esta fusión analítica se puede obtener una interpretación de cómo estas interacciones impactan en el rendimiento académico de los estudiantes.
Autores reconocidos y algunos de ellos pioneros en este campo, ofrecen definiciones más amplias sobre la neuropsicología, como:
Considerado uno de los padres de la neuropsicología moderna. Para Luria, este campo se enfoca en comprender cómo las lesiones cerebrales afectan las funciones cognitivas y cómo el cerebro se organiza para realizar tareas mentales complejas.
Discípulo de Luria, Goldberg amplía la definición al incluir el estudio de la cognición y su relación con las redes neuronales.
Autora de uno de los textos más influyentes en el campo, “Neuropsychological Assessment,” define la neuropsicología como una ciencia clínica que se dedica a la evaluación, diagnóstico y tratamiento de personas con disfunciones cognitivas debidas a daños o trastornos cerebrales.
Este reconocido neurocientífico subraya la relación entre los procesos emocionales y las funciones cognitivas.
En el contexto actual, donde la educación personalizada y el bienestar integral del estudiante son primordiales, la neuropsicología ofrece perspectivas innovadoras.
A través de evaluaciones neuropsicológicas, es posible identificar dificultades de aprendizaje, como dislexia, TDAH o trastornos del desarrollo, permitiendo a los docentes adaptar estrategias pedagógicas a las necesidades específicas de cada alumno.
Integrar la neuropsicología en la educación mejora la calidad del aprendizaje porque ofrece las siguientes ventajas:
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