En nuestros días, es común escuchar acerca de la palabra estrategia y su importancia para la competitividad y productividad empresarial.
El secreto para que toda estrategia sea efectiva radica en contar con colaboradores comprometidos y participativos, pues su talento es un factor que puede potenciar el empuje para alcanzar los objetivos de cualquier empresa.
Toda empresa desea lograr determinadas metas, y para ello debe saber combinar de forma efectiva los recursos con los que cuenta. Nos referimos a instalaciones, tecnología, dinero, mobiliario, y especialmente, a los colaboradores. Sin embargo, no siempre existe una amplia disponibilidad para poder hacer uso ilimitado de estos recursos.
En otras palabras, con excepción del talento humano, todos los demás recursos de la empresa son finitos. Esto significa que no se puede disponer indiscriminadamente de la maquinaria, las instalaciones, el mobiliario y, en muchos casos, no se tiene acceso a instrumentos de última generación como puede ser la tecnología.
Pero en el caso de los colaboradores, su talento, creatividad y aporte son activos ilimitados para las empresas, ya que logran aportar su conocimiento, capacidad y competencias para el buen funcionamiento de la organización.
Como algunos especialistas dicen: sin personas no hay organizaciones.
Cuando se trata de diseñar estrategias, lo más importante es partir de los recursos existentes, pues es muy arriesgado formular planes a partir de situaciones hipotéticas o suposiciones.
Por ejemplo, realizar estrategias pensando en un posible préstamo financiero, en la posibilidad de adquirir nueva tecnología o basado en buenas intenciones como pronosticar un incremento de ventas a corto plazo. Todas estas situaciones no están bajo el control de la organización y, por ello, existe un riesgo latente de no concretarse.
En un segundo momento está el tema de la puesta en marcha de la estrategia y, para ello, la clave es aprovechar al máximo los recursos existentes, especialmente los relativos a los colaboradores. Esto se ejemplifica si pensamos que una buena estrategia comprende:
Prácticamente todas las acciones mencionadas tienen una relación directa con las personas, lo cual implica que una estrategia es tan fuerte como las competencias, habilidades y destrezas del personal encargado de ponerla en práctica.
Si todo lo anterior tiene sentido, nos encontramos frente a la necesidad de potenciar el talento humano para que las estrategias encuentren buenos puntos de anclaje y estén en condiciones de alcanzar el éxito, pues el factor humano (como antes se ha señalado) es la piedra angular del buen funcionamiento de cualquier negocio.
Bajo este escenario, el área de Posgrados en Innovación Empresarial para la Competitividad de la Universidad Intercontinental ofrece una variedad de alternativas de formación para que los estudiantes estén en posibilidad de diseñar e implementar estrategias de funcionamiento organizacional a partir del análisis y desarrollo del talento humano.
Las diferentes maestrías y el doctorado centran sus esfuerzos en el reconocimiento y potenciación de las personas como el principal baluarte del crecimiento y desarrollo de las organizaciones.